Anoche me pareció una idea fantabulosa tomarme un café con leche calentito a eso de las once... Una idea tan fantabulosa como haber bebido dos coca colas entre las cuatro y las nueve... Total, a mi no me afecta la cafeínayunamierda.
Ahora resulta que sí, que ya no soy inmune y que me pueden dar las cinco de la madrugada tan ricamente.
Para rizar el rizo, los vecinos, como siempre, a las nueve de la mañana ya me tenían en pie con sus gritos. Odio a esa niña, odio a su madre y odio a la puñetera abuela.
Algún día me vengaré. Tiempo al tiempo...