domingo, 8 de enero de 2012

Odio trabajar en fin de semana

Pues eso, odio trabajar en fin de semana. Este es el último que tengo que hacerlo y no lo voy a echar de menos. Adiós a la librería, adiós a estar de cara al público, adiós a hablar en inglés.


Eso sí, echaré de menos dar cortes a los guiris que preguntan en que año murió Antoni Tàpies (que sigue vivo coña!), o aquella guiri-choni quinceañera que me alegró la mañana preguntándome cómo podía reservar mesa en el restaurante de comida molecular (el Bulli) no sabéis cuanto disfruté diciéndole primero que no está en Barcelona, segundo que tiene lista de espera de varios años y tercero que ya está cerrado al público.


A partir de mañana seré una Katchoo mucho más feliz y dicharachera al llegar los viernes. Dad gracias de ello pq un fin de semana más y habría empezado a matar gente.

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